— ¡Bravo! —celebra Casimiro— Muchas gracias por entretener a este anciano camaleón, no pasan muchas cosas interesantes por aquí, así que uno tiene que buscarse su propio entretenimiento. Marta se pasó antes por aquí y, como siempre, pasó a saludar y a contarme qué se trae entre manos. Me dijo que ha recibido el aviso de unos amigos que viven en unos matorrales cercanos a la playa porque habían escuchado que iban a acabar con la vegetación de la zona… ¡Si siguen así acabarán con nosotros! —exclama enfadado— Si puedes echarle una pata, nos harías muy feliz a mi y a todos los de mi especie.